En otoño el tiempo cambia, empiezan el frío y las nieves. En Motril no hace mucho frío, aunque este año se nota más que otros. Porque ha llegado una ola de frío y nieve por toda España. En el pueblo que vivimos de Guadalajara. Allí hacía mucho frío. Para los Santos, siempre estrenábamos los abrigos y la ropa de invierno ¡¡ Sí que hacía frío!!
Los paisajes otoñales son muy bonitos, con sus árboles que cambian de color. Los ríos están más transparentes. Esos pinos tan verdes y las piñas marrones. En España, cada comunidad tiene un clima y unos paisajes distintos. En primavera estuvimos en el País Vasco y vine encantada, con esos valles tan verdes. Me gusto mucho.
A los árboles en otoño, se les empiezan a caer las hojas algunos están sin hojas. Se quedan sin ellas. ¡Están muy tristes! Sin embargo, otros se ponen más poblados y con frutos, por ejemplo: el chirimoyo, castaño, membrillo. Las hojas se vuelven verde oscuro, rojizas, varios tonos rojizos en el mismo árbol. Esos mismos árboles, en primavera, tiene sus hojas verde brillante.
Las frutas de otoño. Personalmente a mí me gustan mucho: caqui, chirimoyo, castañas, nueces, membrillo, aguacate...Todos los frutos de este tiempo son muy exquisitos. Sobre todo, los boniatos y los membrillos asados.
En el Día de Todos los Santos, en Motril, tenemos costumbre comernos las castañas con la familia o amigos. Y tomamos anís con ellas. Recuerdo que yo entré por primera vez en la casa de mi novio un día de los Santos.
En el pueblo que viví en Guadalajara, tenían la costumbre de hacer una especie de gachas, que le llamaban puches y las metían por las cerraduras de las puertas. Decían que eran los espíritus.
Un día me quisieron meter en mi casa un muerto. Me explico: Se murió la dueña de la casa donde yo vivía y, por no tenerla en la casa de las hijas, me la trajeron a mí. Fue el Día de los Santos. No quise. Tenía los niños pequeños. No era plato de buen gusto tener un muerto en tu casa. ¡Sin tocarte nada! Era muy miedosa. Luego me daría miedo.
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